El Rey de Reyes por Arture W. Hotton

1 Timoteo 6:15-Apocalipsis 17:14-Apocalipsis 19:16
        Las múltiples facetas de la personalidad de nuestro Señor Jesucristo se ponen de manifiesto en los nombres y títulos que le confieren las Sagradas Escrituras. Entre estos se destaca el de REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Tres veces aparece este título en el Nuevo Testamento con referencia al Señor, en los pasajes señalados en el epígrafe.
        Claro está que hay otros títulos que se aplican al Señor, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que se refieren a su carácter real. Señalaremos algunos de ellos:

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Dónde, cuándo y cómo predicar el evangelio por José Martinez

        Cristo dijo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura” Marcos 16:15. Pablo escribió: “A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el Evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo” Efesios 3:8

Algunas consideraciones de cómo Pablo predicaba y enseñaba el Evangelio: [Seguir leyendo…]

Alimento del cuerpo por San León Herrera

        Todo lector atento a estos tres artículos de la serie, notará la íntima relación que guardan entre sí. El “Gobierno de la Casa” se plasma en un “Pastorado del rebaño” y, como parte primordial de tal pastorado, hallamos la provisión de alimento a la grey, o la suministración de alimento al Cuerpo de Cristo, la Iglesia, en conformidad con el título de este tercer estudio. [Seguir leyendo…]

Una oración misionera por Miguel Leccese

“Dios tenga misericordia de nosotros, Y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros”
 Salmos 67
         Así comienza la oración manifestando deseo y necesidad de corazón, de estar llenos de tales bendiciones.  ¿Qué los mueve al desear y procurar estar tan bien equipados? Continúa:  «Para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación”.

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Su Ternura

          ¡Cuán admirable en todo es nuestro Salvador! “Fragancia exhala su vida aquí, olor de santidad”. El aroma de “sus suaves ungüentos” cautivará al creyente y atrae a los que aún no han llegado a conocerle. Entre sus múltiples virtudes se destaca ésta, que necesita varias palabras para expresarse en nuestro idioma. La versión moderna (2 Corintios 10:1) emplea el término “dulzura”, y en otras se traduce amabilidad, blandura, clemencia, equidad, moderación. Es algo inefable, que caracteriza al Hijo del Hombre en su trato con los demás, la expresión de su innata humildad y mansedumbre, que nunca raya en debilidad. Conservando su sentido de perfecta justicia, se acomoda a los humildes: no insiste en la “letra” de la Ley, que mata, mas manifiesta su espíritu que vivifica. Por su condescendencia y longanimidad, conquista en vez de condenar al pecador. [Seguir leyendo…]

Su mansedumbre por Edmundo Woodford

          Los grandes héroes de la historia se caracterizan por sus ambiciones y el arrojo y la fuerza con que las llevan a cabo: en la vida humana del Salvador sus glorias están veladas “sin atractivo para que lo deseemos”. No hubo en Él ninguna ostentación de su potencia y dignidad, en el sentido en que Israel esperaba ver a su Mesías. “Allí estaba escondida su fortaleza”. Bien había dicho Isaías: “no gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles”: [Seguir leyendo…]

Su Humildad por Edmundo Woodford

          “Yo soy… humilde de corazón” (Mateo 11:29). En los labios de otro, estas palabras llevarían un contrasentido, porque el que es verdaderamente humilde no lo pregona. Sin embargo, en los labios de Cristo, la declaración no extraña a nadie: toda su vida la confirma, y el contexto es como “canastillo de plata” para las “manzanas de oro” (Proverbios 25:11). El que sólo conocía al Padre, y disponía de todas las cosas suyas, se acomodaba a los humildes (Romanos 12:16) y les prometía descanso y bendición. [Seguir leyendo…]