La Roca por F. Jorge Otón

 Deuteronomio 32:1-4 Deuteronomio 32:15-18 Deuteronomio 32:30-31 1 Corintios 10:4 Éxodo 17:1-6

          Uno de los títulos más notables dados a Dios en el A. Testamento es «La Roca». Especialmente Moisés, David e Isaías  hablan de él utilizando esta figura, porque describe en una forma admirable lo que es Dios para su pueblo, en virtud de sus atributos, y mayormente en referencia a su gran fortaleza, y la inmutabilidad de sus propósitos. Así Moisés, en su canción de despedida, recordando la fidelidad del Señor, dice: «El es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y ninguna iniquidad en él; es justo y recto». Deuteronomio 32:4

          Que la roca, con sus diferentes características, era figura del Señor Jesús, las mismas Escrituras lo declaran: «Y la roca era Cristo» 1 Corintios 10:4.

          Moisés había tenido muchas experiencias en su larga vida, conocía bien a los hombres en todas las esferas, su carácter en general tan inestable, sus palabras tan poco dignas de confianza; pero había tenido un conocimiento excepcional de Dios, en su carácter y sus obras, de modo que no encuentra mejor palabra para expresar su fidelidad, su constancia y su inmutabilidad que «Jehová es mi Roca». David, más tarde, pregunta, «¿Quién es Dios, sino sólo Jehová? ¿Y qué Roca hay fuera de nuestro Dios» y luego declara, «Viva Jehová, y bendita sea mi Roca» 2 Samuel 22:2, 2 Samuel 22:32, 2 Samuel 22:47

        La palabra hebrea “tsur» es traducida en nuestras biblias algunas veces «roca», y otras veces “peña», pero preferiremos aquí la palabra «roca».

         Es muy interesante y significativa la primera referencia a la roca. La tenemos en Éxodo 17:6, donde Moisés conforme a la palabra de Dios hirió la roca, y las aguas fluyeron para saciar la sed del pueblo. Ya hemos notado que la roca habla de Cristo, y es porque «herido fue por nuestras rebeliones»  y «Jehová quiso quebrantarlo» Isaías 53:5, Isaías 53:10, que así se hacía provisión para las necesidades de nuestras almas sedientas.

        En Salmos 78:15-16, Salmos 78:20 , leemos: «Hendió las peñas en el desierto; y les dio a beber como de grandes abismos, pues sacó de la peña corrientes, e hizo descender oguas como ríos… y torrentes inundaron la tierra». Otra vez, en Salmos 105:41, “Abrió la peña, y fluyeron aguas; corrieron por los sequedales como un río».

         El Señor Jesús, anticipando su muerte y las bendiciones que resultarían de ella, pudo decir a la mujer samaritana, «el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna» Juan 4:14 . Y en el último día de la fiesta de Cabañas Juan 7:37-39 , Jesús clamaba, diciendo: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva». Y eso, anticipando su muerte, y la venida del Espíritu Santo. En esta forma, el Señor Jesús, «la Roca de la eternidad» Isaías 26:4, se presenta como el que sacia la sed del alma, abundante, continua y permanentemente. «El que cree en mí”, y «el que bebiere del agua», participa de la plenitud de su Salvador, y de su salvación Juan 1:16.

        La roca presenta figurativamente algunas de las bendiciones que el alma recibe del Señor Jesús.

        Leemos de «la Roca que te creó» Deuteronomio 32:18 , que recuerda que nuestra vida depende de él. «Creados en Cristo Jesús» Efesios 2:10 .

        Agua de la roca, como hemos visto, es tipo del Espíritu Santo en su plenitud.

        Aceite (Dt. 32:13), del pedernal, es figura del refrigerio y consolación del Espíritu Santo.

        Miel. En el mismo versículo anterior tenemos, «e hizo que chupase miel de la peña” La misma figura tenemos en Sal. 81:16. Un alimento dulce y nutritivo, como Jonatán 1 Samuel 14:29 y Sansón Jueces 14:9 tuvieron oportunidad de comprobar. Sus palabras «son dulces más que la miel» Salmos 19:10 a nuestros corazones.

        Sombra (Is. 32:2) «Y será aquel varón… como sombra de gran peñasco en tierra calurosa». Aquí tenemos un cuadro del descanso que halla el alma que anda en comunión con él (Sal. 91:1).

        Fundamento Salmos 40:2 “Puso mis pies sobre peña” (sobre roca). Este es el testimonio del alma salvada que ha confiado en el Señor. El mismo Señor usó esta figura en Mateo 7:25. El que oye su palabra y la hace, edifica sobre roca sólida. En Mateo 16:l8, Cristo dijo que su iglesia iba a edificarse sobre piedra inconmovible. Pablo dice en 1 Corintios 3:11  «Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. Este fundamento está firme 2 Timoteo 2:19 .Tan seguro es que Isaias 28:16 dice que es “cimiento estable”.

        Protección. En Exodo 33:22, Moisés, para poder contemplar algo de la gloria de Jehová, fue colocado en una hendidura de la roca, y allí cubierto con la mano de Dios. Los que se han refugiado en el que fue herido por ellos, pueden ahora mirar a cara descubierta la gloria del Señor 2 Corintios 3:18. Es su privilegio y necesidad.

        Salvación. En 2 Samuel 22:47, David dice: «Viva Jehová, y bendita sea mi roca, y engrandecido sea el Dios de mi salvación», y en Salmos 62:2, «Él solamente es mi roca y mi salvación». Había sido conducido, como él había deseado, «a la roca que es más alta que yo» Salmos 61:2, porque sólo allí podía estar seguro.

 

        Sabiduría. Entre las cosas «más sabias que los sabios» Proverbios 30:24-26, encontramos el conejo, y su sabiduría consiste en poner su casa en la roca. Sólo allí halla refugio seguro, y está a salvo de sus enemigos y perseguidores.

         Canción. Isaías 42:11 exhorta a alabanzas, diciendo: «Canten los moradores de Sela, y desde la cumbre de los montes den voces de júbilo». Los que hemos confiado en Cristo tenemos mayores motivos aún para cantar. Él lo espera, porque puso en nuestra boca, al colocar nuestros píes sobre la roca, una nueva canción, alabanza a nuestro Dios Salmos 40:2. “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre” Hechos. 13:15

¿Han sido colocados tus pies sobre la Roca, Cristo Jesús?
¿Estás edificando tu casa, (tu vida y tu carácter) sobre esta Roca?
¿Has hallado en Cristo todas las bendiciones de las cuales habla la Roca en las Escrituras?

 

F. Jorge Otón.
Publicado en la Revista Mentor nº 40.  Julio—Septiembre 1956