Génesis 18:2-3 Génesis 32:24 Éxodo 23:23 Josué 5:13 Isaías. 53:3 Zacarías 1:8
Cuando el Señor andaba de incógnito con los dos discípulos en el camino a Emaús, llegó el momento cuando Él, “comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de Él decían”. Lucas 24:27.
Nosotros registramos las mismas Escrituras y, guiados por el Espíritu Santo, nos gozamos al ver lo que en ellas hay para nuestra contemplación. En los versos citados arriba, tenemos diferentes títulos mencionados, tales como “ángel”, “ángel de Jehová”, “Príncipe del Ejército de Jehová”, “varón”, “varón de dolores”. Indudablemente, se refieren a la aparición del Señor en varias ocasiones antes de su encarnación.
Es de notar, por ejemplo, que en Génesis 18 hay mención de tres hombres que visitaron a Abraham, pero en el capítulo que sigue hay solamente dos que llegaron a Sodoma. Uno se había separado de los otros, quedándose con Abraham y se manifestó como Jehová a quien Abraham hace sus intercesiones.
Tomando las seis citas, mencionadas al principio, para formar nuestro concepto del Señor, según su manifestación en el período del Antiguo Testamento, podemos vislumbrar ciertas características que más ampliamente se desarrollan después de la encarnación.
Abraham conversó con Aquel que le apareció, dándole todo respeto y reverencia que corresponden a Dios.
Jacob es buscado, y “el varón” lucha para producir en él un nuevo espíritu, de manera que después merece ser llamado Israel.
Jacob reconoció que aquel “varón” era Dios, y llamó el nombre de aquel lugar, Peniel, porque dijo, “vi a Dios cara a cara”. Génesis 32:30.El pueblo de Israel recibió la promesa de la presencia del Ángel para guiar y proteger. Habiendo gozado de la divina intervención de Dios para su liberación de la esclavitud en Egipto, después tuvieron la divina promesa de la presencia del Ángel para el camino peligroso y desconocido que les esperaba.
Josué había cruzado el Jordán y estaba en víspera de llevar al pueblo de Israel adelante. Súbitamente, le apareció un varón en calidad de guerrero. Josué aprendió que fue el “Príncipe del ejército de Jehová, varón, varón de su capitanía, y, así, halló resuelto el problema de la conquista de la tierra de promisión.
Isaías se refiere a uno que, cual sustituto de su pueblo, es “varón de dolores”. El capítulo 53 de su profecía está lleno de referencias al Señor Jesucristo, anticipando siglos antes de su encarnación, sus sufrimientos y su triunfo y gloria.
Zacarías vio y habló con “un varón… el cual estaba entre los mirtos” y es encargado de proclamar la restauración planeada por Dios para su pueblo faltante, y así anticipar una gloria que Dios introduciría.
Conclusión. El lector de este estudio fácilmente podrá aplicar los pensamientos sugestivos de estas apariciones anteriores a la encarnación divina, y hallar una reafirmación de la obra del Señor en sus maravillosas variedades como están señaladas en el Nuevo Testamento.
Recordemos con gratitud que el Señor desea guiar y proteger a los suyos, y en Él habita la plenitud de la divinidad corporalmente Colosenses 2:9 . Él llama a los salvados a la santificación, y también Él es el que dijo “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”, Mateo 28:18
Si es cierto que Él ofrece restauración al caído, y una gloria eterna a los que son de Él, también lo es que Él era él varón de dolores, y que en la cruz sufrió por su iglesia.
Publicado en la Revista Mentor n.º 40. Julio – Septiembre 1956